¿Cuáles son los problemas más comunes en el vástago de un actuador hidráulico?

No debemos subestimar la importancia del vástago en el cilindro hidráulico. El vástago no sólo transmite la fuerza del pistón sino que también funciona como conexión entre el cilindro y la máquina. De ahí que para elegir el vástago correcto, deben tenerse en cuenta las potenciales fallas que pueden ocurrir a cierto plazo. 

A continuación enumeramos los cinco problemas más comunes en los vástagos en los cilindros hidráulicos:

1 – El vástago no tiene el tamaño adecuado para su aplicación.

Por un lado, si los vástagos de pistón son de menor tamaño de lo requerido, poseen una baja resistencia, especialmente en aplicaciones de carrera larga. Por otro lado, si el vástago es largo y delgado es probable que flexione o hasta incluso se rompa al empujar cargas pesadas. Este problema se puede resolver con un vástago de diámetro mayor y/o con un tubo de parada colocado en el interior entre el pistón y la tapa delantera del actuador. 

Asimismo, si un cilindro funciona a la tracción, un vástago de mucho tamaño reduciría la fuerza de retracción. Estos problemas surgen en la etapa de diseño, así que, es en ese momento que debe calcularse con precisión la fuerza de retracción teniendo en cuenta las particularidades de los cilindros diferenciales. Si el vástago ocupa una parte importante de la superficie del pistón, esto provocará que el cilindro se retraiga con menos fuerza de la que se pretende.

2. Rotura de la rosca del vástago. 

La rosca del extremo de vástago puede romperse por varias razones. Muchas veces por elegir una rosca standard o “familiar” para nosotros pero de menor diámetro, nos perdemos la oportunidad de colocar roscas de extremo de vástago de mayor robustez. Cuando los requerimientos mecánicos sean exigentes debemos mantener los diámetros de roscas lo mas grande posible para brindar mayor robustez.

Por otro lado, la calidad del mecanizado de la rosca también juega un papel importante para evitar futuras roturas.

3. El vástago se raya y daña el sello.

Los rayones en las vástagos rara vez afectan la resistencia del cilindro, especialmente si son rayas menores. Sin embargo, las abolladuras pueden rozar contra el limpiador del vástago y el sello, dañándolo con el tiempo y provocando pérdidas.

Usar vástagos de acero templado por inducción evitará abolladuras. Se recomienda utilizar vástagos cromados duros con espesor suficiente. Una superficie gruesa de cromo endurece aún más la capa exterior del acero, lo que proporciona una resistencia crítica a la corrosión. La corrosión también crea imperfecciones superficiales que pueden dañar los sellos de los vástagos.

4. Corrosión de la rosca del vástago.

Cuando se corroe toda la corteza de la rosca del vástago, ya no queda cromo. Debido a que el cromo protege de la corrosión, la rosca del vástago queda expuesta. Si su cilindro funciona en ambientes húmedas o cerca de productos químicos nocivos, la corrosión o el óxido pueden debilitar el extremo del vástago con el tiempo.

Recomendamos elegir una aleación adecuada para su aplicación. El material del vástago está disponible en varias aleaciones, incluso en acero inoxidable. El acero inoxidable no se oxida, y si lo pide con cromo, brinda la misma protección de superficie que se describió anteriormente.

5. Daños mecánicos.

Aunque los cilindros hidráulicos industriales rara vez chocan contra objetos u otra parte mecánica de la máquina, las partes móviles son susceptibles a tales daños accidentales. Es importante considerar esto para evitar roturas o pérdidas de fluido.

Fuente: https://www.mobilehydraulictips.com/

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